EL DESARROLLO DEL LENGUAJE INFANTIL

viernes, 30 de mayo de 2008

Con motivo de un trabajo práctico para la materia Bioinformática y Rehabilitación Computacional, correspondiente al último año de la Lic. en Fonoaudiología, nos pareció interesante abordar un tema del que consideramos se sabe poco: la importancia que tiene la comunicación desde la vida intrauterina.


El lenguaje es un sistema funcional, resultado de una adecuada organización cerebral. Por ello se lo considera como un instrumento muy importante para la formación de estructuras cognoscitivas y para la organización de la conciencia.
Permite al ser humano interrelacionarse para su socialización. Al cabo de unas semanas el bebé inicia la adquisición de un repertorio de señales pertenecientes a una comunicación que le permitirá dar a conocer sus sensaciones y necesidades mediante gestos y expresiones, que al ser interpretados por la madre estimulan la creación de nuevas comunicaciones.
La producción del lenguaje y su compresión requiere gran variedad de habilidades, iniciando en el proceso de la comunicación, con la percepción de palabras aisladas, se pasa luego a frases aisladas, para después integrar estructuras gramaticales y posteriormente añadirle la estructura del sonido con el fin de lograr la acción comunicativa.

LOS PRELUDIOS DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE

A los 3 meses de vida intrauterina, el bebé será capaz de recibir información del medio externo, por lo tanto, los estímulos auditivos ricos y variados son un apoyo importante para desarrollar tanto la audición como así también la apertura hacia la vida comunicativa.
Después del sexto mes, podrá escuchar la música y las voces de su familia, este será el fondo auditivo que lo acompañará y le permitirá apropiarse de su entorno socio-cultural.
La música, los sonidos, el habla, las canciones, son estímulos que le permitirán iniciarse en el desarrollo fonético y prepararse para el nacimiento.


EL LENGUAJE EN LOS PRIMEROS MESES

Los padres son el modelo fonético y fonológico y quienes brindan las pautas, normas y formas de hablar; constituyen el puente de unión con lo social y ofrecen el modelo del lenguaje dentro del proceso comunicativo para el interactuar en el cotidiano dentro de la familia y la sociedad.
Tanto los padres, como quienes hagan parte del entorno familiar y social, transmitirán de manera espontánea al nuevo ser su propia experiencia para desarrollar el lenguaje a través de sus propios relatos con contenidos de su tradición, costumbres, mitos y leyendas, contribuyendo así al desarrollo del contenido forma y uso del lenguaje.
Son ellos los responsables de generar la motivación y emoción, según la carga afectiva con que enriquezcan el relato y lo relacionen con lo actual. Es así como se precipita el potencial del nuevo ser en gestación y en formación hacia la comunicación, sus pensamientos o ideas.


MOTIVACIÓN DE LAS HABILIDADES LINGÜÍSTICAS

Para construir ese soporte del pensamiento en un niño, es necesario dotarlo con las herramientas que le permitan estar equipado en la construcción de su lenguaje y en la forma de comunicarse de manera efectiva.
En el momento del nacimiento se enfrenta a un mundo de oyentes, es su descubrimiento, es el universo comunicacional el que va a conquistar, siempre y cuando tenga un encuadre familiar y social lingüísticamente interactuante que le facilite dicho proceso.
Un entorno rico en sonoridad, generado por el ambiente cotidiano y por las personas que rodean al bebé, todo ello nutrido de afectividad, es la clave que impulsa el potencial fonético y fonológico de manera más rápida y mejor encausada.
Los aspectos fonéticos de los primeros sonidos emitidos, los primeros gritos de incomodidad, los sonidos de bienestar, la aparición de consonantes anteriores expresivas de incomodidad y de bienestar son interpretados por los padres y cuidadores, quienes, haciendo un esfuerzo, desarrollarán una disciplina como interpretes por el afán de comunicarse y movidos por el amor que los une. Es así como se establece la díada comunicativa.
La díada comunicativa, que son sus padres, y en su defecto los cuidadores, desarrollan una capacidad de respuesta que interpreta afectiva, efectiva y congruentemente las necesidades del bebé, enriqueciéndola con la expresión facial y corporal. En este sentido, podemos concluir que de la expresión que un bebé tenga al idioma, en forma cotidiana y sostenida por una figura permanente, dependerán sus primeras producciones lingüísticas.


LA MÚSICA DE SUS BALBUCEOS

Después del tercer mes cuando aparece “el reflejo coclear”, el bebé hace los balbuceos, es decir, une dos sonidos en forma repetitiva y de manera mecánica, generalmente expresiones, como ma, ma, ma. Este reflejo se relaciona con masticar y, a estas alturas, ya se inicia el incremento de alimentos fuera de la leche materna, en donde va a practicar la masticación para poder apoyar el balbuceo y, así, establecer el reflejo coclear, es decir, el sonido del bebé desencadena la respuesta refleja para los subsiguientes sonidos y, en esta forma, ejecuta un juego sonoro que es el balbuceo.
El adulto debe expandir muchos balbuceos, trabajando sonidos bilabiales, como /m/-/p/-/b/, dentales como /f/-/s/, de punta de lengua como /ch/-/y/-/ñ/ y velo del paladar como /c/-/j/-/g/ todos ellos acompañados de las vocales.

DEL BALBUCEO A LA COMPRENSIÓN INTELECTUAL

Aproximadamente después del sexto mes, el bebé evidencia su comprensión y, con ella, su desarrollo intelectual, lo cual se puede verificar con la aparición de pausas y entonaciones, siendo evidentes el cambio del balbuceo y el reflejo a un balbuceo con control intelectual que implica intención comunicativa.
Durante este corto período se hace indispensable incrementar el diálogo con el bebé, contándole o poniendo en palabras lo que hacemos durante las diferentes actividades en que se le está atendiendo y cuidando. Se le deben contar estas rutinas y cada movimiento que se haga con las palabras correspondientes, aunque esto ya se venía haciendo.
Este es un período de mayor énfasis, ya que se trata del preludio para la comprensión del mundo que lo rodea y las bases de adaptación al medio. En la medida que comprende ese medio, habrá una mejor adaptación, un mayor manejo de este y, por lo tanto, se podrá desenvolver de una manera más inteligente, teniendo en cuenta que la inteligencia es la capacidad de resolver los problemas.


EN EL NOVENO MES TIENE EL USO DE LA PALABRA

Hasta el año, el bebé se ha apropiado y tiene la capacidad de producir un promedio de 10 a 12 palabras con una inmensa intención comunicativa y con un inmenso contenido afectivo, así como del uso práctico para suplir y satisfacer sus necesidades inmediatas.
En esta etapa se supera, en parte, el desarrollo fonético y se inicia la etapa fonológica.
Es importante propiciar y facilitar el uso de las palabras ofreciendo frases simples, es decir con el uso del artículo, sustantivo y verbo. Como el desarrollo fonológico implica hacer lenguaje y este surge de las necesidades que se tengan, es importante facilitar experiencias que lo enfrenten a la necesidad de inventar formas para hacerse entender y valorarle los esfuerzos que hace para tal efecto.

LA LABOR MOTIVADORA DEL ADULTO

Es el momento de mostrarle los juguetes uno a uno y nombrar cada vez que se le muestre un objeto, así como hacer esta misma actividad con juegos que tengan movimiento cambiando de locaciones y escenas.
En este período es importante contarle historias, cuentos y anécdotas, tratando de interactuar con él pero sin presionarlo, para ayudarlo a verbalizar, ya que él no hablará hasta no estar seguro y, allí, aparece la jerga infantil, en donde los adultos deben procurar entenderla y, una vez puedan iniciar la repetición parafraseando correctamente lo que él dijo en su jerga, se deben repetir para servirle de modelo en el desarrollo del lenguaje sin estar corrigiendo u oponiendo las correcciones y, al mismo tiempo, respetando la espontaneidad del habla del niño, alentándolo y esperando pacientemente a que pueda expresarse, para que vaya adquiriendo, poco a poco, la práctica del habla, lo más cerca al modelo dado por el entorno.
Es el momento en que se debe recopilar todo el contenido lingüístico de la jerga infantil. Las frases que son producidas por el niño dentro de la jerga infantil pueden ser traducidas paulatinamente al lenguaje funcional, repitiendo día a día y enriqueciendo paso a paso el progreso y mejoramiento de la estructura lingüística y comprensiva dentro del lenguaje funcional propio que va hasta los 2 años de vida.


Samira Thoumi

ESTIMULACIÓN PRENATAL MUSICAL